martes, 19 de marzo de 2024

 EL JUSTO SAN JOSÉ 

Creado para una vocación singular

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


2 Samuel 7,4-5.12-16

Pero aquella misma noche, el Señor se dirigió a Natán y le dijo: “Ve y habla con mi siervo David, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: ‘No serás tú quien me construya un templo para que habite en él.
12 y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. 13 Él me construirá un templo, y yo afirmaré su reino para siempre. 14 Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Y cuando cometa una falta, yo le castigaré y le azotaré como todo padre lo hace con su hijo, 15 pero no le retiraré mi bondad como se la retiré a Saúl, al cual quité para ponerte a ti en su lugar. 16 Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre.’ ”


19 MARZO FESTIVIDAD DE SAN JOSÉ  CICLO  B


Ante San José, como con María, lo propio es quedar contemplando su vida, la que deducimos de la Palabra de Dios, tan propia a revelarnos lo esencial para nuestra fe, enseñándonos que la Verdad no necesita de palabras, sino del asombro que nos hace capaces de ver lo que nos dice, sin caer en subjetivas imaginaciones.

La primera lectura nos ofrece la palabra de Dios dirigida a Natán para ser pronunciada a David. Palabra que recibimos con fe:


De su descendencia nacerá un sucesor que construirá un templo dedicado a su nombre”


No será un templo material, sino un Templo espiritual personal, porque Quien será este Templo, “Dios será su Padre y Él será para Dios un Hijo”


Romanos 4,13-22

La promesa a Abraham y sus descendientes
13 Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que recibirían el mundo como herencia, pero esta promesa no estaba ligada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe en Dios. 14 Pues si los que han de recibir la herencia fueran los que cumplen la ley, la fe resultaría inútil y la promesa de Dios perdería su valor. 15 Porque la ley trae castigo, pero donde no hay ley tampoco hay violación de la ley.
16 Por eso, a fin de que la promesa hecha a Abraham fuera firme para todos sus descendientes, tenía que ser un don gratuito basado en la fe. Es decir, la promesa no es solamente para los que cumplen la ley, sino también para todos los que creen como creyó Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, 17 como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas naciones.” Este es el Dios en quien creyó Abraham, el Dios que da vida a los muertos y existencia a lo que no existe. 18 En contra de toda esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así llegó a ser “padre de muchas naciones”, conforme a lo que Dios le había dicho: “Así será el número de tus descendientes”. 19 La fe de Abraham no se debilitó, a pesar de que ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara pronto habrían de morir, y que eran demasiado ancianos para tener hijos. 20 No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que su fe se hizo más firme. Alabó a Dios, 21 plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. 22 Y Dios, tomándoselo en cuenta, le aceptó como justo"


La fe no es tal fe cuando no cree ni vive ni se fundamenta en la realidad histórica -trascendida de lo que es puramente histórico y comprobable- que nos revela la Palabra:

·       De muchas y diferentes maneras habla Dios a la integridad de nuestro ser, desde la Creación del Universo hasta la plenitud de los tiempos en que la Palabra se hizo Hombre en las entrañas de María.

En este tiempo de relativismo, sincretismo, subjetivismo y superficialidad, necesitamos examinarnos de lo que creemos, o de lo que confundimos por fe, para bien de nuestra propia garantía humana de creyentes.

No procedemos de la Ley, ni nos salva.

Como dice S. Pablo, si la Ley nos hubiera justificado y salvado no hubiera hecho falta la venida del Hijo al mundo.

Nos salva la fe; la que tuvo Abraham dejando tierra y casa para salir sin saber a dónde iba, siendo capaz de confiar en Dios hasta responder a lo que le pedía como prueba.

Nuestra descendencia va más allá de Moisés y la Ley.

Nuestro tiempo exige de nosotros dar razones de nuestra fe, y si no se apoya en la Verdad, revelada aceptada, no tiene las razones para ofrecer la fe ni educar en ella.  

Desde la fe releemos el Evangelio que nos da los datos históricos trascendidos:

Jacob fue el padre de José, el esposo de María, de la cual -no de José-, nació Jesús, el Mesías"


Mateo 1,16.18-21.24

Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue la madre de Jesús, a quien llamamos el Mesías.
Nacimiento de Jesús
(Lc 2.1-7)
18 El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes de vivir juntos se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. 19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. 20 Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que espera es obra del Espíritu Santo. 21 María tendrá un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
24 Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y tomó a María por esposa"


He empezado diciendo que, más que palabras, la figura de José debe ser contemplada en oración, en relación espiritual con él, para recibir de su vida las enseñanzas que, en la medida de nuestra humildad, somos capaces de aceptar y conocer para asombrarnos de su fe, de su confianza en Dios, de su abandono a su voluntad y, sobre todo, de advertir la objetividad del amor.

José fue creado para una vocación singular, ser el esposo de María, la virgen inmaculada llena de Gracia, y ser tutor del Hijos de Dios, el Cristo, nacido por obra del Espíritu Santo de las entrañas de María.

De tal vocación vivida, con el signo de que vivimos para cumplir la vocación y morir después, nos asombramos de su Vida y porqué es llamado el Justo S. José.

¿Somos capaces de descubrir la verdad objetiva de su amor?                  

F. Allara


SANTO DEL DÍA

S. JOSÉ, ESPOSO DE LA B. V. MARÍA, 

PATRÓN DE LA IGLESIA UNIVERSAL


EN LO PROFUNDO 

No hay nada que no sea sorprendente 

y sin embargo no bajamos 

nos olvidamos del sentido de la vida.....









domingo, 17 de marzo de 2024

 DIOS AMA Y PERDONA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


Juan 8,1-11

Pero Jesús se dirigió al monte de los Olivos, y al día siguiente, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él, sentándose, comenzó a enseñarles.
Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes y dijeron a Jesús:
–Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. En nuestra ley, Moisés ordena matar a pedradas a esta clase de mujeres. Y tú, ¿Qué dices?
Preguntaron esto para ponerle a prueba y tener algo de qué acusarle, pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les respondió:
–El que de vosotros esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.
Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oir esto, uno tras otro fueron saliendo, empezando por los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, 10 se enderezó y le preguntó:
–Mujer, ¿Dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?
11 Contestó ella:
–Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:
–Tampoco yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar"

DÍA 18 MARZO  CICLO  -B  


El lugar de oración de Jesús no eran las sinagogas, sino el campo.

Jesús dio ejemplo relacionándose con el Padre en espíritu y verdad, fuera de los templos.

Pero ¡cuidado!, no nos quedemos rezando en cualquier lugar satisfechos por nuestra oración, por más que sea auténtica, porque los bautizados en Cristo formamos parte de su Cuerpo resucitado y este Cuerpo es visible en los miembros que formamos la Comunidad eclesial, y tenemos la obligación de celebrar su memorial hasta que vuelva como hijos que somos de un mismo Padre, y por tanto hermanos que se unen en comunidad para celebrar la fe.

La oración, personal y la comunitaria, es necesario que  sean vividas en espíritu y verdad.

Muchas veces Jesús oraba en el Huerto de Getsemaní.

El texto nos dice que de este Huerto se fue al Templo donde se reunía la gente y les enseñaba.

Los maestros de la Ley y los fariseos, que sabían mucho de la Ley, pero nada del amor al prójimo, le presentan a una mujer sorprendida en adulterio.


“Moisés manda apedrear a estas mujeres


Se olvidan de traer al hombre, porque también era acusado por la Ley; pero a ellos no les preocupaba ni Moisés ni la Ley ni la mujer, que pedían que fuera apedreada, sino Jesús.

Veamos en este texto, en primer lugar, la paz, la serenidad, la sabiduría conocedora de la Ley y el amor de Jesús frente a los que iban a por Él.


“Tú, ¿Qué dices?”


La respuesta es lo que buscaban. Si perdonaba iba contra la Ley y si la aprobaba se desdecía de su amor y perdón ofrecidos como profeta.


“Jesús se agachó y se entretenía dibujando 

en la tierra con el dedo


Como seguían insistiendo dice Jesús:


“Aquel de vosotros que esté sin pecado 

que sea el primero en tirar la piedra”


El que tirara la primera piedra era el testigo. Por esto Jesús dice que sea el primero en tirar la piedra.


“Jesús se volvió a agachar para seguir dibujando 

en la tierra. Se fueron todos

“¿Dónde están? ¿Nadie te ha condenado? 

Tampoco yo te condeno


Hay una diferencia grande entre justificar, condenar y perdonar.

Dios no justifica el pecado; tampoco condena, porque ha venido a salvar a los pecadores, (los “justos” no necesita nada, ni a Dios).

Los que se consideran “justos” suelen juzgar. Un pecador no debe juzgar jamás.


“Vete, y en adelante no peques más


Dios ha venido en Cristo Jesús a liberarnos, a perdonarnos, a reconciliarnos y a consagrarnos en la Verdad.

No nos quedemos con la emoción del texto. 

Aceptemos el don de la fe y creamos en el Dios del Amor y el Perdón

F. Allara


SANTO DEL DÍA

S. CIRILO, OBISPO DE JERUSALÉN Y DOCTOR DE LA IGLESIA

(Clic en el nombre)


VOLVER A VOLAR







sábado, 16 de marzo de 2024

 VIVIR LA EXPERIENCIA DE LA FE

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"



Jeremías 31,31-34

31 El Señor afirma: “Vendrá un día en que haré un nuevo pacto con Israel y con Judá. 32 Este pacto no será como el que hice con sus antepasados, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; porque ellos quebrantaron mi pacto, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor, lo afirmo. 33 Este será el pacto que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos me conocerán, desde el más grande hasta el más pequeño. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo”


En la vida humana lo esencial es la experiencia de cada dicho y hecho.

Jeremías con su profecía se adelanta a nuestros tiempos.

Hoy vemos que lo que no queda en lo íntimo del ser humano casi de nada le sirve.

Nos habla que la Antigua Alianza será renovada por una que quedará grabada en el corazón del ser humano, que no tendrá que vivir de “leyes externas”, sino de lo creído en su corazón de carne. Lo cual exige que la fe no sea “practicada” con superficialidad ni con el cumplimiento de lo externo, sino desde la intimidad creyente que vive de lo que experimenta como Verdad de Dios en su alma, y por tanto, en todo su ser



Hebreos 5,7-9

"Cristo, mientras vivía en este mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarle de la muerte; y por su obediencia, Dios le escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, por lo que sufrió aprendió a obedecer; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen"


Juan 12, 20-33

Unos griegos buscan a Jesús
20 Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar a Dios en la fiesta, había algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron:
–Señor, queremos ver a Jesús.
22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. 23 Jesús les dijo:
–Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. 24 Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo un solo grano; pero si muere, dará fruto abundante. 25 El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.t 26 Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.
Jesús anuncia su muerte
27 “Siento en este momento una angustia terrible, pero ¿Qué voy a decir? ¿Diré: ‘Padre, líbrame de esta angustia’? ¡Pero si precisamente para esto he venido! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre!”
Entonces vino una voz del cielo, que decía: “¡Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez!”
29 Al oir esto, la gente que estaba allí decía que había sido un trueno, aunque algunos afirmaban:
–Un ángel le ha hablado.
30 Jesús les dijo:
–No ha sido por mí por quien se ha oído esta voz, sino por vosotros. 31 Ahora va a ser juzgado el mundo. ¡Ahora va a ser expulsado el que manda en este mundo! 32 Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.
33 Con esto daba a entender de qué forma había de morir"


¿Qué vemos en la vida de Jesús?

La experiencia del Padre que nos la revela el Hijo en la Humanidad de Jesús de Nazaret, y la experiencia de Jesús siendo entre nosotros “uno de tantos”, que le lleva hasta Getsemaní, donde lo vemos orando al Padre “con lágrimas y gritos, y con sudor de sangre”, al vivir en presente la Pasión y Muerte que le espera. 

Jesús no revela con ideas la Realidad idéntica del Dios trinitario, sino desde la experiencia que “trae” del cielo y la que vive en el mundo con su Pueblo elegido.

El Padre guarda silencio ante la oración de su Hijo porque, en la Sabiduría trinitaria, que nosotros sólo podemos comprender con fe, el Dios uno y trino, por tanto, también el Hijo, ha querido revelar su omnipotencia de Amor en la necedad y el escándalo para griegos y judíos lo que ha supuesto para nuestra liberación y salvación la muerte de Dios en Cristo crucificado.  

El silencio del Padre no es la nada como respuesta a las lágrimas, sino la luz en el alma de Cristo de que el final no es la muerte, sino la resurrección, que sólo le corresponde a Cristo.

Ninguna religión habla de resucitar. Es el eje de nuestra FE.

Si nuestra fe no se detiene ante la realidad de Cristo muerto y resucitado, seguirá viviendo de “practicas rituales y normas morales”, que son fáciles de vivir y de no cumplir, sin experiencia propia de la fe.

Todos deseamos ver a Jesús -lo querían estos griegos del texto y lo quería también Herodes.

Hoy se desea ver y tocar pensando que lo pragmático es el modo absoluto de conocer, cuando es el espíritu el mejor medio-.

De poco sirve ver si en el corazón no hay amor.

Desde la experiencia de Jesús vemos que la liberación, la salvación y la gloria no llegan sólo por lo que se hace en la vida, sino por el libre abandono a la voluntad divina, que es dar la vida, entendido como dar amor por creer en el Crucificado-resucitado.  

 F. Allara


SANTO DEL DÍA


S. PATRICIO, OBISPO, APÓSTOL DE IRLANDA



PARA ACOGER EL DOLOR